Cuando estamos pasando por una situación difícil, llegamos a sentir que nos ahogamos y que no se ve la manera de salir de ese problema o situación por el que estamos pasando. Más o menos pasa lo mismo cuando estamos pasando por una experiencia feliz y dichosa, pero en este caso, la sensación es de no querer que termine, o no querer que desaparezca.
En cualquiera de los dos casos, nos sirve poner en perspectiva el
asunto para poder evaluar mejor la situación y poder tomar mejores decisiones.
Vamos a compararlo con la pantalla de la computadora o de la televisión. Nos concentramos en lo que estamos viendo en la tele o en la computadora y no en la pantalla en sí. Nos enfocamos solo en el detalle que nos atrapa la atención, y perdemos de vista la pantalla. Trata de probar que se siente al ver la pantalla con lo que tiene adentro.
El ejercicio de ver la pantalla no ayuda a tomar perspectiva de donde estamos y de que hay a nuestro alrededor. Lo mismo cuando estamos en una situación que nos sofoca o nos tiene excesivamente mortificados, hay que poder ver todo el contexto (la pantalla) para poder entender que es lo que pasa y tomar mejores decisiones o atender mejor la situación.
Hasta en momentos buenos, donde pensamos que todo va de maravilla, el usar la metáfora de la pantalla, es útil para no deslumbrarse por la situación y tomar decisiones más razonadas.
Esta simple práctica, es una poderosa metáfora de cómo nuestra
mente puede quedarse atrapada en el contenido de nuestros pensamientos y perder de vista la perspectiva de la situación y la conciencia de nosotros mismos.
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